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Dos cartas, Un día:

ANCLA (Agencia de noticias clandestina): Carta de Rodolfo Walsh denunciando los crímenes de la dictadura, un día después muere asesinado por un grupo de tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA)

CLARÍN: carta de Ernertina Herrera de Noble dueña del Grupo Monopólico Clarín cómplice civil apoyando a la dictadura genocida. 

Unidad 4. Territorios realistas

Del periodismo a la literatura (y viceversa)

4-1 Los cruces entre periodismo y literatura: Nace un nuevo género: la no-ficción. Periodismo y escritura. Características de la no-ficción.  La no-ficción también es argentina: Rodolfo Walsh. El estilo de Walsh. “Esa mujer”: una búsqueda y varias ausencias.

4-2Otro género híbrido: la crónica. El escritor profesional. Ciudad, historia y vida cotidiana.

Literarias

“Esa mujer”, Rodolfo Walsh. “José María Gatica: Un odio que no conviene olvidar”, Osvaldo Soriano

Crítica

“Por la crónica”, Martín Caparrós

“Periodismo y Narración: Desafíos para el siglo XXI”, Tomás Eloy Martínez, Conferencia pronunciada ante la asamblea de la SIP el 26 de octubre de 1997, en Guadalajara, México

“Secuestro y desaparición del cadáver de Eva Perón”. Felipe Pigna en El Historiador.

 

Objetivos

• Leer obras literarias en las que prevalezca la cosmovisión realista.

• Leer textos literarios y críticos vinculados con determinados contextos sociales, culturales e históricos

• Analizar, comprender, y distinguir rasgos de estilo, particularidades de los géneros y especificidades del autor.

• Establecer relaciones entre la literatura y la historia mediante la ficcionalización literaria de hechos históricos.

• Identificar las marcas del contexto de producción de las obras leídas.

 

 

Del periodismo a la literatura (y viceversa)

Un periodista se entera de la desaparición de un cuerpo y decide investigar. Otro periodista recuerda la tercera década de la muerte de su ídolo máximo, un boxeador, y decide homenajearlo en el diario. Ambos quieren transmitir la verdad de un hecho, pero eligen hacerlo de un modo atípico en el periodismo: toman cada suceso como punto de partida para escribir literatura. Sin alejarse del evento histórico y sin inventar información, uno escribe un cuento y otro, una crónica. Ambos hacen literatura a partir de la investigación periodística.

 

Los cruces entre periodismo y literatura

Al hablar de literatura, por lo general, se piensa en un texto que desarrolla una historia ficcional, es decir, que no tiene contacto con lo que realmente sucede en la realidad de un país o de un persona; un texto literario debe producir placer y trasladarnos a otros mundos distintos del que habitamos. En cambio, cuando se habla de periodismo, se debe tener en cuenta que tiene el objetivo de informar de manera inmediata lo que sucede o sucedió en la realidad, y que deber ser fiel reflejo de esta. Así periodismo y literatura parecen ser dos puntos equidistantes que jamás se tocan: realidad o ficción

Sin embargo, en la cultura, se encuentran numerosos textos considerandos “literatura” que toman como punto de partida sucesos verídicos Y nos sorprendemos al darnos cuenta de que muchos escritores abocados a la literatura también escribían periodismo. Frente a estos textos, ¿podemos seguir pensando una división tajante entre la literatura y el periodismo? En la unidad y a partir de la lectura de dos textos estudiaremos cómo ambos conceptos se ponen en contacto y, de esta forma, surgen, nuevos modos de escribir.

La no-ficción

El género non.fiction o no-ficción surgió en un época de grandes cambios en el mundo, cuando habían pasado pocos años desde el final de la Segunda Guerra Mundial. La realidad superaba la propia ficción, entonces, los escritores comenzaron a tomar eventos de la realidad para sus novelas. Como la realidad parecía inverosímil, estos escritores solían  comenzar sus textos con frases como: “Si alguien quiere leer este libro como una simple novela policial, es cosa suya” ( Rodolfo Walsh)

 

Periodismo y escritores

La mayoría de los escritores de la no-ficción fueron periodistas que, comprometidos con acontecimientos diversos que ocurrieron en la realidad, escribieron para investigar los casos y las historias que los desvelaron. Por ejemplo, en los Estados Unidos, se destacaron dos escritores de no-ficción:

ü  Truman Capote (1924-1984): escritor y periodista estadounidense. La más importante de sus obras de no-ficción se llama A sangre fría (1966). Capote investigó el crimen real de una familia de Kansas, los Cutters. Pasó seis años  tras el caso y entrevistó a amigos, vecinos de la familia, policías encargados del hecho y también a los asesinos. A partir de estas últimas charlas, logró reconstruir sus vidas y los acompaño hasta la noche en que fueron ahorcados. En A sangre fría, Capote realiza una crítica sobre el modo en que funciona la justicia y sobre la desigualdad social en los Estados Unidos.

ü  Norman Miler (1923-2007): poeta, novelista, ensayista y dramaturgo estadounidense. Participó como soldado en la Segunda Guerra Mundial y fue redactor en diarios diversos. A partir de su experiencia en el frente de batalla, escribió una obra que anticipó el género de no-ficción: la novela Los desnudos y los muertos (1948). En ella, Mailer critica fuertemente la sociedad estadounidense y, sobre todo, el autoritarismo de la época.

 

Características de la no-ficción

Como su nombre lo indica, el relato de no-ficción propone una fusión entre la realidad y la ficción. Fundamentalmente, en este género, el escritor toma un evento o suceso ocurrido y, en lugar de plasmarlo en una nota periodística para un diario, decide usarlo para escribir una ficción, es decir, narrativiza un hecho de la realidad.

En cuanto a sus características, como el de no-ficción es un género hibrido, resulta de la combinación y el equilibrio entre lo periodístico y lo literario. Ana María Amar Sánchez[i],  ha estudiado el tema y señala las siguientes características:

ü  Material empleado: en la escritura del relato de no-ficción, el autor hace uso de material que le sirve para investigar sobre el tema o suceso específico: documentos, testimonios comprobables, archivos; es decir, material objetivo, no modificado.

ü  Modo de uso del material: como no se trata de un texto periodístico, la escritura del relato de no-ficción no propone la repetición del material, sino que crea una narración sobre el tema investigado. Así, el escritor trabaja con el material sin modificarlo, pero reconstruye los diálogos, agrega descripciones a los personajes y elabora sus propias hipótesis.

ü  Relación entre verdad y sujeto: mientras el periodista intenta transmitir una verdad objetiva, el autor de no-ficción narra el suceso desde su punto de vista. La verdad se adecua a la perspectiva, al modo de ver del sujeto que la escribe: él la busca poniendo en juego su vida, su tiempo y sus saberes.

ü  Diferencia entre autor y narrador: si en la literatura suele marcarse la diferencia entre el narrad y el autor; en el género de no-ficción, en cambio, hay identificación entre el narrador de la historia y el periodista que realizó la investigación. La identificación puede ser mayor o menor, pero existe.

Por último, en la no-ficción, podemos leer una crítica social, ya que se trata de una investigación realizada por un periodista sobre un suceso de la realidad. De  este modo, la investigación relatada permite mostrar el funcionamiento defectuoso de las instituciones, la justicia o la política de un país.

 

Rodolfo Walsh y la no-ficción

Unos años antes de que Truman Capote publicara su novela A sangre fría, Rodolfo Walsh inauguraba el género no-ficción en la Argentina con la obra Operación Masacre (1957).

En los años 50, Walsh ya había publicado varios cuentos policiales en las revistas Leoplán y Vea y Lea; y en 1953, aparecía su primer libro, también inscripto en este género: Variaciones en rojo. Estos escritos nos muestran un interés fuerte de Walsh hacia la función del investigador, que anticipa sus próximos trabajos de no-ficción, en los que el propio periodista toma este papel y comienza las investigaciones. A partir de un encuentro con una víctima de la violencia estatal, su gusto por el policial se volcará al nuevo género que cruza la literatura y el periodismo; publicará, por ejemplo, estas obras de no-ficción.

ü  Operación Masacre: en 1956, fracasa el levantamiento del general Valle contra la denominada “Revolución Libertadora”. En el basural de José León Suárez, varias personas son fusiladas bajo sospecha de haber participado en dicho levantamiento. Meses después, Walsh se entera de que “hay un fusilado que vive” y, tras entrevistarlo, descubre que no es el único testigo. Allí comienza la investigación, que terminará en la publicación de su libro.

ü   ¿Quién mató a Rosendo?: en 1968, se publica este libro, en el que Walsh investiga el asesinato de Rosendo Garcia, dirigente de la Unión Obrera Metalúrgica, durante un tiroteo en la confitería Real, en Avellaneda. Para reconstruir los hechos, recoge testimonios de los sobrevivientes y también documentos de expedientes judiciales.

 

El estilo de Walsh

En la lectura de las obras de no-ficción de Walsh, podemos observar las siguientes características:

ü  Materiales: para reconstruir los hechos, hace uso de múltiples medios: entrevistas a protagonistas, documentos de fuentes oficiales, artículos periodísticos de la época, reconocimiento de los lugares donde ocurrieron los sucesos y algunos otros. Walsh explicita en sus obras qué fuentes utilizó, y dónde y cómo las consiguió. Además, da referencias claras: nombre y apellido de los entrevistados y direcciones de los lugares en los que sucedieron los hechos relatados.

ü  Investigación: Walsh se transforma en el investigador de sus cuentos ficcionales. Como todo investigador, persigue un enigma y busca la verdad. En Operación Masacre y en ¿Quién mató a Rosendo?, seguimos a lo largo de la narración el proceso de investigación que llevó a cabo el narrador-periodista.

ü  Cuestionamiento del poder: las obras de Walsh tienen un objetivo muy claro: dejar en evidencia injusticias o ilegalidades cometidas por el Estado argentino. En este sentido, lo acusa y lo enfrenta sin miedo a las consecuencias, haciendo públicas sus denuncias. La escritura funciona para este autor como una herramienta que le permite encontrar la verdad.

Las tres características mencionadas son consecuencia del trabajo de Walsh como escritor y periodista, como autor del género de no-ficción.

 

“Esa Mujer”: una búsqueda y varias ausencias

El relato de Walsh toma como eje de su investigación la desaparición de un cuerpo: el de Eva Duarte de Perón, esposa del general Juan Domingo Perón. Esta desaparición fue un hecho que sucedió luego del derrocamiento de Perón, en 1955. El nuevo gobierno militar decide “hacer desaparecer” el cuerpo de “esa mujer” y así ocurre. Tanto grupos peronistas como antiperonistas buscan el cadáver: aún tras su muerte, Eva Perón seguía siendo una figura política y simbólica. Después del golpe de Estado, el presidente depuesto se exilia. En la Argentina se proscribe el peronismo y se prohíbe mencionar tanto el nombre de Perón como el de su esposa. Un año después, en 1956, se sabe que el cadáver fue trasladado a Italia y enterrado con otro nombre: María Maggi de Magistris.

El cuento de Walsh “Esa mujer” narra una entrevista entre un ex oficial del Estado y un escritor- periodista. Al parecer, la entrevista tiene por fin el intercambio de información: el coronel, el lugar donde se encuentra el cuerpo Eva Duarte; y el escritor, algunos nombres. Sin embargo, el relato resulta ser la narración de un fracaso, ya que ninguno de los dos devela datos.

En esta narración, no solo no se menciona de forma explícita el lugar del entierro de “Esa mujer”, sino que, durante el diálogo, se omiten nombres propios relacionados con la desaparición del cadáver: “capitán N”, “mayor X”. Todo el relato se construye a partir de ausencias: la ausencia del cuerpo de Eva Perón; del nombre del lugar en donde se halla; de nombres propios; y, finalmente, la ausencia de verdad. Es decir, hay mucha información para descifrar, pero pocas respuestas.

“Esa mujer” se sostiene en una entrevista que no sabemos si en realidad existió o si fue una recreación ficticia realizada por el narrador-autor a partir de confesiones del coronel. Fácilmente, podría haber sido un paso en la investigación de Walsh para la escritura posterior de un libro sobre el tema, Ante una entrevista como esta, solo queda la frustración. Como si se tratara de una batalla, el coronel esquiva las preguntas del periodista y solo dice la que él quiere que se sepa: que había evitado que el cuerpo de “esa mujer”, que era suya, fuera ultrajado.

 

La crónica otro género híbrido

Hay distintas formas de relación entre el periodismo y la literatura. Una de ellas es el género de no-ficción otra es la crónica.

Como en el periodismo, la función de la crónica sigue siendo informar. Sin embargo, se agrega un tratamiento literario de la información, ya que el periodista-narrador usa determinados recursos poéticos y narrativos para construir su texto. A diferencia de la no-ficción, las crónicas suelen publicarse en diarios y revistas, y no necesariamente tienen por objetivo la crítica social o política.

 

El escritor profesional

Hasta el siglo XIX, la escritura literaria quedaba restringida al ámbito íntimo del escritor. Por ejemplo, los abogados y médicos obtenían el dinero para subsistir de sus profesiones y, en el tiempo libre, escribían sus textos, cuentos o artículos.

Sin embargo, a principios del siglo XX, en diversos países, ocurre un fenómeno particular. Con el surgimiento y la masificación de la prensa, comienza a expandirse un campo laboral vinculado con el periodismo. En este contexto muchos escritores de literatura que no pueden subsistir buscan trabajo en las redacciones. Así, cuando asumen puestos en la prensa, estos escritores se vuelven profesionales y obtienen dinero por sus textos. La crónica surge en este contexto de profesionalización del escritor: muchos artistas abocados a la literatura escriben crónicas para diarios y revistas.

Dos de los mayores exponentes de la crónica latinoamericana fueron:

ü  José Martí (1853-1893): poeta y periodista cubano. Además de su gran cantidad de poemas, fue un cronista excepcional que escribió, por un lado, sobre las grandes innovaciones y catástrofes de la ciudad moderna y, por otro lado, manifiestos y críticas hacia la sociedad estadounidense.

ü  Roberto Arlt (1900-1942): escritor y periodista argentino. Escribió cuentos, novelas y obras de teatro. su libro más importante del género crónica es Aguafuertes porteñas, que recopila sus impresiones de los cambios en la Buenos Aires de la modernización y la inmigración de los años 20 y 30.

 Ciudad, historia y vida cotidiana

Podemos señalar cuatro temas predilectos de la crónica, entre otros:

ü  La ciudad: la modernización de las ciudades durante el siglo XX despierta un fuerte interés entre los cronistas, quienes escriben sobre os recorridos y estereotipos urbanos, las nuevas construcciones (rascacielos, puentes colgantes) y la vía pública.

ü  Acontecimientos históricos: también los cronistas se ocupan de cubrir momentos históricos. Por ejemplo, elecciones presidenciales, catástrofes naturales o muertes de celebridades.

ü  Usos y costumbres: otro foco de las crónicas es la cotidianidad de diversos sectores sociales, para mostrar cómo viven, qué problemas tienen, quiénes son, etc.

ü  Personajes de la época: los intelectuales, políticos y deportistas del momento suelen ser un tema recurrente para las crónicas.

 

Osvaldo Soriano y la cultura popular argentina

Osvaldo Soriano nació en Mar del Plata, en 1943. A sus 23 años de edad, comenzó a trabajar como periodista en la revista Primera Plana y, a partir de ese momento, transitaría un largo camino en el periodismo. Sus crónicas han sido recopiladas en cuatro libros: Aristas, locos y criminales (1984), Rebeldes, soñadores y fugitivos (1988), Piratas, fantasmas y dinosaurios (1988), y Arqueros, ilusionistas y goleadores (1998). Su labor como cronista se destacó por los temas disímiles con los que trabajó: fútbol y política, cine y cultura popular, policiales y costumbres cotidianas.

Además de su labor en el género de la crónica. Soriano público varias novelas. En Triste, solitario y final (1973), este escritor argentino traza un relato de policial negro en el que se mezclan realidad y ficción: el detective literario Philip Marlowe se encuentra con el propio Soriano para  resolver el misterio en torno a la muerte del actor inglés Stan Laurel, conocido por su papel en “El gordo y el flaco”. Otra novela destacada es Cuarteles de invierno (1980): el relato transcurre durante la dictadura militar, y los protagonistas son un cantante de tango y un boxeador, quienes llegan a un pequeño pueblo de la provincia de Buenos Aires, donde deberán resistir los embates de la represión, de la hipocresía y del fracaso.

Las dos novelas mencionadas anteriormente muestran el interés de Soriano por las figuras de la cultura popular. Este interés vuelve a aparecer en su escritura periodística y establece conexiones con la literatura. Así, una crónica como “Carlos Gardel: un amor argentino” rescata al famoso cantor de tango en consonancia con el personaje de Cuarteles de invierno. El otro personaje de la novela, en tanto, nos introduce en la crónica “José María Gatica: un odio que no conviene olvidar”, en la que Soriano también escoge a un boxeador como centro de su texto; en este caso, se trata de José María Gatica, alias el “Mono”.

 

Gatica, “el Mono”

La crónica “José María Gatica: un odio que no conviene olvidar” fue escrita en 1975 mientras Soriano trabajaba para el diario El cronista Comercial. En el texto, el autor hace un recorrido por la vida del boxeador, al cumplirse 30 años de su primera victoria.

Gatica como figura popular deportiva tiene un punto de conexión con otra figura popular política, Evita. Tal como lo cuenta Soriano, el boxeador tuvo un vínculo cercano con Perón; su vida- su éxito y su fracaso- acompaña la parábola del gobierno peronista; y su figura, como la de “esa mujer”, se ha destacado por la fascinación y el rechazo que supo provocar en personas de diversos sectores sociales.

En los textos “Esa muer” y “José María Gatica: un odio que no conviene olvidar”, dos periodistas deciden recuperar a estas figuras y narrar sus efectos en una sociedad que los olvida o los oculta.

La crónica de Soriano comienza con la muerte del personaje histórico, pero aquí –a diferencia de “Esa mujer”, de Walsh-, desde las primeras líneas, ya nos encontramos con el cuerpo del muerto. Sin embargo, nadie lo identifica, la gente que lo rodea no lo reconoce como el famoso boxeador José María Gatica. En el texto de Soriano, lo que se ausenta no es el cuerpo, sino la identidad; en cambio, en el cuento de Walsh, la identidad persiste aun con el cuerpo ausente.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Consignas

“Esa mujer” Rodolfo Walsh

Luego de leer el texto respondan a los siguientes interrogantes:

1.      ¿Quiénes son los interlocutores que llevan adelante el diálogo en “Esa mujer”?¿A qué esfera social pertenece cada uno?

2.      ¿Qué es lo que le sucedió a “esa mujer”? ¿Por qué murió? ¿Qué ocurrió con su cuerpo, según el coronel?

3.      A partir de la siguiente cita: “El coronel busca unos nombres, unos papeles que acaso yo tenga. Yo busco una muerta, un lugar en el mapa.(…)El coronel sabe dónde está” ¿Cuál es el objetivo que tiene cada uno de los interlocutores? ¿Logran cumplirlo? Extraigan  la cita que les permita responder a esta última pregunta.

4.      Desde qué punto de vista se narra la entrevista. Justifique con fragmentos del texto.

5.      Las descripciones del espacio en la no-ficción con un modo de volver literario un seceso real:

a-      ¿En dónde se encuentran el periodista y el coronel?¿Cómo es ese espacio?

b-      ¿Qué intenta transmitir el narrador al mencionar algunos objetos en particular?

c-      ¿Hay alguna descripción en el diálogo entre los dos personajes? ¿Quién la enuncia?¿Qué se describe?

6.      Busquen en el cuento cómo el periodista caracteriza al coronel:

a-      ¿Qué partes del cuerpo describe mayormente?¿ Cómo lo hace?

b-      ¿Qué acción realiza el coronel varias veces a lo largo del relato? ¿Por qué piensan que el narrador desea representar al coronel de ese modo?

7.      Escojan un momento de tensión en el texto y argumenten por qué lo consideran de este modo.

8.      En la lectura de las obras de Walsh se pueden observar las características propias del relato de la no-ficción, enuncie y explique cuáles observe en “Esa mujer”

 

Película “Eva de Argentina”

1.      ¿Quién es el narrador de la historia?

2.      ¿Cuáles son los ejes narrativos sobre los que se articula la historia?

3.      De qué elementos reales se nutre la historia.

4.      ¿Qué características de la no-ficción se pueden observar en la película? Dar ejemplos.

 

José María Gática: Un odio que no conviene olvidar” Osvaldo Soriano

1.      ¿Por qué motivo Soriano escribe esta crónica?

2.      ¿Para qué fecha memorable lo hace?

3.      Busquen más información sobre este boxeador y su importancia en la sociedad argentina. Para ello:

a.       Entrevisten a personas que hayan vivido esa época, y pregúntenles qué impresiones tienen o qué recuerdan de Gatica

4.      ¿Qué situaciones de la vida de Gatica se relatan en la crónica? Extraer en el orden cronológico en que sucedieron.

5.      ¿Quién es el contrincante de Gatica? ¿Cuál es su importancia en la vida del boxeador?

6.      ¿Qué tipo de reacciones generaba este boxeador en las personas, según el periodista?

7.      ¿Con qué expresiones relato Soriano el momento de máximo fracaso de Gatica? Extraer el fragmento y analicen cómo fue redactado.

8.      Comparen las situaciones de vida de Alfredo Prada y Gatica en la crónica. ¿Son similares o diferentes?

9.      Expliquen la siguiente cita: “El mono volvió a su origen, como si toda su pelea con la vida hubiera sido una parábola restallante, una explosión de luces que lo iluminaron hasta, de pronto, dejarlo nuevamente en la oscuridad”

 



[i] Crítica literaria argentina. Doctora en Letras, Universidad de Buenos Aires