6º Teoría Martín Fierro

La nación busca una literatura

En el siglo XIX fue el periodo en el que comenzaron a nacer las naciones hispanoamericanas, el tiempo en el que las colonias decidieron emprender un proceso de independencia, que abarcará tanto el ámbito político como el social y cultural.

La clase encargada de llevar adelante esta empresa no sólo se dedicó a buscar formas propias de representación política, sino también modos distintivos de representar cultural y artísticamente la flamante nación independiente. Los intelectuales del Salón Literario, la llamada generación del ’37, fueron quienes desarrollaron la tarea de delimitar una “literatura nacional”.

La generación de 1837 estaba compuesta por un grupo de jóvenes intelectuales. Entre sus representantes se pueden mencionar a Esteban Echeverría, que vivió cinco años en París, donde conoció el Romanticismo, que importó al Río de la Plata, un año antes de que lo hiciera España. Este movimiento fue adoptado como modelo literario para la nueva sociedad que se estaba gestando en Argentina.

La característica principal consistió en la búsqueda y defensa de la libertad.La libertad de exploración artística, la expresión de los sentimientos, la contemplación de la naturaleza y el foco de lo individual por sobre lo colectivo son algunas de las características que toma este movimiento. Entre los discípulos de Echeverría figuran Juan Bautista Alberdi y Juan MaríaGutiérrez.

Durante los años en que Juan Manuel de Rosas gobernó Buenos Aires, él y sus caudillos profesaban una organización federal de la nación y, de este modo, se oponían a un poder centralizado y hegemónico, tal como pretendía Buenos Aires. Así el país se transformará en el escenario de la lucha entre los dos bandos que defendían estas ideas: federales y unitarios. La literatura se convertirá durante este periodo en portavoz de esta y de otras confrontaciones, tales como: Bs. As. y el interior, la cuidad y la campaña, lo europeo y lo autóctono, o civilización y barbarie. La obra Facundo, de Domingo Faustino Sarmiento- sobre la figura del caudillo riojano Facundo Quiroga- es quizá el texto más representativo de esta disputa a la figura de Sarmiento se le suma la de Esteban Echeverría, con sus obras La cautiva y El matadero, Echeverría y Hernández fueron movilizados por una idea de país que defendieron en diversos frentes: uno de estos fue la literatura.

 

El género gauchesco

Nació como género con las luchas por la independencia, declarada en 1816, y evolucionó hasta la consolidación de lo que se dio en llamar el Estado Liberal (1880)

Bajo el gobierno de Juan Manuel de Rosas, la gauchesca se afianzó como género. Se difundieron en aquellos años los folletos y las hojas sueltas en los que se denunciaba al gobernador de Buenos Aires, y no era sino el gaucho el portavoz de esas denuncias. Sin embargo, serán:

 Hilario Ascasubì (1807-1875), sus obras: Santos Vega[1] o Los mellizos en flor, Paulino Lucero y Aniceto el Gallo.

Estanislao del Campo (1834-1880),Fausto: las impresiones del protagonista- un gaucho-luego de ver en Bs As la representación de la ópera Fausto, del compositor Charles Gounod.

 Rafael Obligado (1851- 1920)retomará la figura de Santos Vega para redactar su obra homónima.

Estos son los autores que cobrarán mayor renombre durante la consolidación del género.

El gaucho argentino

A principios del siglo XVI, la pampa rioplatense esa aún un vasto territorio desierto. Si bien en cercanías de las costas surgían algunas ciudades, en general, solo había animales salvajes, que alentaban expediciones en busca de cuero. La organización de los peones que cumplían con este trabajo dio origen, tal vez, al gaucho en la Banda Oriental.

Sin embargo, en el territorio que actualmente integra la Argentina, las condiciones fueron diversas, y la figura del gaucho no apareció sino hasta el siglo XIX. A diferencia del gaucho uruguayo, el argentino era un hombre errante, sin trabajo, y que, en general, escapaba de la justicia. Estas características se emparentan con el significado dado al término gaucho. Algunos teóricos infieren que deriva de la voz quechua huachu, que quiere decir huérfano y que los españoles ampliaron con el significado de “vagabundo”. Otras teorías afirman que fueron los portugueses quienes, a fines del siglo XVIII, comenzaron a usar la palabra gaùcho en el sentido de “malhechor”. En ambos casos el término remite  a valoraciones negativas. Un gaucho tendrá una doble condición: por un lado, huérfano, es decir, sin familia; y por otro lado, malhechor, es decir, un perseguido por sus malas acciones.

Durante el siglo XVIII estuvo en la mira de las autoridades del gobierno nacional en formación. En general, los gauchos, eran solitarios, sin demasiada educación, que vagaban por la pampa movidos por su inestable forma de vida. Se mantenían alejados de la civilización, no trabajaban más que para conseguir su alimento, por lo que tenían viviendas muy precarias sin demasiadas pertenencias.

Por no formar parte de la cultura dominante y, por no atenerse a sus reglas, los gauchos fueron marginados y usados por los diferentes gobiernos para combatir en las fronteras a los malones indígenas que invadían los campos para robar ganado; por ejemplo, durante la presidencia de Domingo Faustino Sarmiento, quien gobernó entre los años 1868 y 1874. En 1875 Sarmiento había publicado un libro muy polémico llamado Facundo. En ese texto presenta una clasificación de los gauchos dividiéndolos según su carácter y estilo de vida:

Tipo

Características

Rastreador

Por su habilidad para seguir rastros estos gauchos eran utilizados para encontrar delincuentes, resolver delitos.

Baqueano

Se orienta fácilmente y ayuda a otras personas a encontrar su camino en la pampa.

Gaucho malo

Es el gaucho más temido. No tiene relación alguna con la gente de la ciudad ni con los estancieros. No trabaja, come lo que encuentra, le gustan los vicios y es violento.

Gaucho cantor

Es un gaucho muy popular que canta en las pulperías y festines acompañados por su guitarra.

 

Sin embargo, había quienes reivindicaban la forma de vida de los gauchos considerándolos seres independientes, valientes, amantes de la tierra que los vio nacer, dueños de una vida sin pretensiones pero digna.

 

El gaucho Martín Fierro de José Hernández

En 1872, sale de la imprenta de La Pampa El gaucho Martín Fierro, siete años más tarde, en 1879, la Librería del Plata editaría la segunda parte de esta obra: La vuelta de Martín Fierro.

Contexto de producción: La primera parte, llamada también ‘La ida’, fue escrita por Hernández  para defender los derechos  del gaucho de las arbitrariedades  que éste sufría durante el gobierno de Sarmiento (1868-1874).Esta primera parte es una denuncia social, Hernández da cuenta del desarraigo y desamparo legal y político que el gaucho sufre por esos años.

En la segunda parte, llamada ‘La vuelta’, ya no es una denuncia  sino que  aconseja al gaucho, ya no hay protesta sino una búsqueda de integrar al gaucho a la sociedad.

Algo a tener en cuenta: ‘La vuelta’ es publicada cuando Hernández es parte integrante del gobierno de turno (gobierno de Avellaneda).Se realiza la expedición al desierto.

Contexto de Recepción: Hernández, particularmente, se dirige al gaucho, es decir  que Hernández (autor letrado) le da voz al gaucho Fierro (iletrado) quien se dirige a otros gauchos como él.

El autor no se dirige a los de su misma clase, sino que elige al gauchaje y les habla en su mismo lenguaje, en función de la oralidad, ese es el logro artístico de José Hernández.

Características  particulares de la gauchesca en la obra de Hernández

·         Abandona el diálogo y da lugar al monólogo:  lo cual le permite que cada uno de los personajes cuente sus experiencias en primera persona.La primera parte es monológica, hay una sola voz, la de M. Fierro. Mientras que la segunda parte es dialógica, pues hay varias voces: la voz de Fierro, la de Cruz, las de los hijos de Fierro, la voz de Picardía y la del moreno.

·         Conserva el verso octosilábico y la redondilla: (estrofa de cuatro versos) de sus predecesores – Ascasubi, Hidalgo-, pero incorpora, además, la sextina (estrofa de seis versos) o la décima (estrofa de diez versos).

·         La imagen del gaucho se distancia de aquella que el género había presentado hasta entonces: la figura del gaucho está íntimamente ligada a las ideas que el autor concibe: Martín Fierro le permite a Hernández idear un modelo de nación, revisar errores y trazar un posible destino.

Sarmiento tiene una imagen pesimista del gaucho, producto del ambiente y de diversos cruces de los componentes raciales, símbolo de la barbarie y la incultura; Hernández, en cambio, cree que el gaucho debe insertarse como figura principal en la vida de nuestro pueblo, para participar, por ejemplo en tareas agrícolas, dado su conocimiento de las faenas del campo. A partir de M F, se intenta reinsertar al gaucho en la sociedad argentina. Para Hernández, el gaucho había sido participante activo de las luchas por la independencia, para luego ser denigrado por la elite y convertido en un delincuente. Su drama es el de un hombre que carece de lazos sociales másallá de su familia, que no participa de la vida política del país, que es ajeno a la presencia de un poder civil que regula su conducta.

Inmigrantes e indígenas

Para Hernández, el gaucho es fundamento de la nacionalidad argentina; pero no ocurrirá lo mismo con otros componentes sociales, como el inmigrante y el indio.

En primer lugar, Hernández no realiza ningún alegato dirigido a atraer inmigrantes europeos a nuestro país. Por el contrario, los representa como una amenaza para el gaucho y su lugar central en la economía argentina; con el arribo de inmigrantes para trabajar en el campo. Así, se explican los diversos momentos que aparecen en el poema Martín Fierro, en los que el gaucho se burla de los inmigrantes por cómo hablan o por sus reacciones.

En segundo lugar, recordemos que, en los años en que Hernández escribió su obra, los propietarios de grandes saladeros y estancias luchaban contra los indígenas que diezmaban el ganado; a esto se sumaba la falta de mano de obra y de soldados para defenderse de estos malones. El gaucho Fierro mismo, en el poema, participará de los fortines que defendían las fronteras del territorio.

Con el fin de resolver estos problemas, se propiciaron campañas militares que buscaban la expulsión de los indígenas de los territorios que ocupaban y el establecimiento de una línea de fortines; y se aplicaron la ley de vagos o de leva.

La ley de leva

El Código Rural de la provincia de Buenos Aires (1865), que redactó Valentín Alsina, asesorado por una comisión de hacendados, retomó muchas de  las disposiciones de la antigua ley de levas. Así, el gaucho fue incorporado obligatoriamente al mercado de trabajo y a la función de soldado. Con este Código, se trato de combatir el nomadismo, el vagabundeo y la delincuencia rural estableciendo que todo varón de entre 18 y 40 años que no tuviera propiedad, careciera de domicilio fijo y no pudiera demostrar ocupación alguna sería detenido, puesto a disposición de las autoridades y destinado a desarrollar obras públicas o a cumplir servicio militar en la frontera con el indio. Los gauchos podían demostrar su ocupación a través de un documento denominado papeleta de conchabo, que era emitido por el patrón y que certificaba su relación de dependencia.

El hambre, las penosas condiciones de existencia, los atropellos de sus superiores provocaban que muchos soldados desertaran y vivieran huyendo, o que se integraran a las tolderías, como sucede con Fierro y Cruz.

 Según establecía la ley, los soldados debían ser recompensados con la paga de un salario, pero este nunca llegaba o se perdía por el camino, y, en ocasiones, se concretaba muy tarde, cuando el destinatario ya había muerto en combate. Por eso, leemos en Martín Fierro: “Al mandarnos nos hicieron / más promesas que a un altar.”

  

Clasificación genérica

El Martín Fierro está escrito para ser recitado y acompañado por guitarra (nota lírica)

Es una narración, se cuentan las acciones de un gaucho (nota narrativa).

Hay una peripecia cantada. Se cuentan los sufrimientos de un gaucho (nota dramática).

Por ser una obra destinada al recitado y al canto está incluida dentro del género lírico y por su temática pertenece al género gauchesco

 

Marcos referenciales:

Geográfico. El poema no se detiene en la descripción del paisaje, ni posee precisión geográfica. Sin embargo la pampa es el correlato inevitable del gaucho, ya que alude a ella en varios versos.

Histórico. Se alude en distintos momentos de la obra a la época en que ésta transcurre, por ejemplo, se habla de ‘Don Ganza’, que no es otro que Martín Gainza, ministro de guerra del gobierno de Sarmiento. Había varias situaciones que perjudicaban al gaucho, entre ellas la guerra con el Paraguay y el enfrentamiento entre Buenos Aires y el interior del país. Por esos años se fomentaba la inmigración, pues se la consideraba como fuente de progreso.

Social. Dos sectores sociales se presentan en conflicto: los que detentan el poder (jueces, comandantes, policías) y los gauchos, que constituyen el grupo marginal. Hay un sector intermedio: gente del pueblo y los inmigrantes y también los indios como parte integrante de un mundo primitivo.

Resulta interesante observar como el gaucho desvaloriza al inmigrante, pues éstos desconocen como se deben realizar las labores del campo y al indio lo retrata como cruel y agresivo.

Espiritual. Predominan dos climas espirituales: el agónico, los padecimientos que soporta el gaucho, su destino trágico y el nostálgico, es decir la añoranza por lo perdido.

Los narradores

Loa narradores en la primera parte son tres:

·         El narrador principal, que aparece en primer lugar, Martín Fierro.

·         Luego toma la palabra Cruz, que contará su vida.

·         Al finalizar la primera parte aparece un nuevo narrador ( al que se puede identificar con el autor), que cierra el relato asì:

“(…) y aquí me despido yo,

Que he relatado a mi modo

Males que conocen todos

Pero que naides contó.”

¿Héroe o antihéroe? 

Para algunos escritores y estudiosos de la literatura, tales como Jorge Luis Borges, el gaucho protagonista del poema de Hernández es solo un desertor, es decir, un antihéroe. En este sentido, lo rescatable del personaje de Martín Fierro son sus andanzas y sus enfrentamientos, y no su moral, sus valores o su vida ejemplar. Las peleas con la partida o los duelos con los otros habitantes de la campaña resultan más interesantes –para este modo de lectura del libro de Hernández – que los consejos sentimentales y moralistas que Fierro destina a sus hijos. Como veremos, Borges retoma esta postura en sus reescrituras de la obra de Hernández, centrándose en los duelos y en el destino de los personajes.

Para otros, en cambio, la vida de Fierro es la vida de un héroe. En 1913, tres años después del primer centenario de la Revolución de Mayo, durante una conferencia en el Teatro Odeón, el poeta Leopoldo Lugones propuso el Martín Fierro como poema épico nacional. Según el poeta, la obra de José Hernández condensa los valores heroicos de la épica. En ese año, también se creó la cátedra de Literatura Argentina en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA; y Ricardo Rojas, su primer profesor, afirmó en aquella oportunidad que el Martín Fierro era para los argentinos lo que el Cantar del Mio Cid para los españoles. Sabemos ya que un poema épico o epopeya es una narración de fondo histórico en la que se relatan las tradiciones e ideales de una nación. Además, en las epopeyas, hay un héroe que simboliza esos ideales y cuyas acciones se orientan hacia el bien del pueblo al que pertenece. En Martín Fierro, según estos intelectuales, Hernández exalta los valores de un grupo, Fierro representa a sus congéneres, y sus males son aquellos que padece toda una clase de hombres.

Camino mítico, destino y reescrituras

El crítico ruso Vladimir Propp propuso, a partir de un estudio sobre los cuentos tradicionales, que todas las narraciones responden a una estructura similar: las acciones que los héroes realizan coinciden en los relatos de diferentes lugares y épocas. En general, el héroe se aleja del mundo que conoce, le está prohibido hacer algo, pero lo hace igual; lucha contra un oponente y triunfa, etc.

Por su parte, Joseph Campbell, escritor estadounidense contemporáneo de Propp, llegó a conclusiones similares. Campbell estudió los mitos universales y determinó que los héroes se comportan como si estuvieran llevando a cabo un viaje o transitando un camino; en ese periplo, deben superar diversas pruebas. El camino que inicia cuando el personaje se aleja de su lugar de origen y concluye cuando vuelve con nuevos poderes o saberes. Veamos cómo se adecúa este planteo al poema de José Hernández, Martín Fierro.

Las etapas del camino de Fierro 

Partida: Fierro debe abandonar su rancho y a su familia, ya que es apresado en una arriada para ir a trabajar a la frontera. “Tuve en pago en un tiempo/ hijos hacienda y mujer/ pero empecé a padecer/ me echaron a la frontera(…)”

Prohibición: el protagonista no puede escapar de los trabajos asignados en la frontera. Tiene prohibido salir de la frontera, come solo lo permitido, lo han despojado de sus pertenencias y le niegan el dinero que deberían pagarle. “No teníamos más permiso//no otro alivio la gauchada/ que salir de madrugada/ cuando no había indio ninguno/ campo ajuera a hacer boliadas./desocando los reyunos.”

Transgresión: Una noche logra huir, pero vuelve a su rancho y ya no queda nada: su familia se ha marchado en busca de sustento. “ Una noche que reunidos/ estaban en la carpeta/ empinando una limeta / el jefe y el juez de paz,/ ya no quise aguantar más/ y me hice en un sotreta.”

Acción del héroe: ante las injusticias cometidas en su contra. Fierro decide convertirse en matrero. Por eso, en una pulpería, tras sentirse provocado, el protagonista del poema mata al moreno. “Yo he sido manso primero/ y seré gaucho matrero/ en mi triste circunstancia/ aunque en mi mal tan profundo/ nací y me criado en estancia/ pero ya conozco el mundo”

Persecución: Fierro es un desertor y ha matado a un hombre; por lo tanto, es perseguido. Finalmente, lo encuentran y lo reconocen. En ese momento, decide enfrentarse y luchar.

Socorro: en el enfrentamiento, recibe el auxilio de Cruz. Prosiguen juntos el camino y se instalan en las tolderías junto a los indios. La estadía con Cruz lo convierte en un ser más humano y social.

Regreso y reconocimiento: luego de la muerte de Cruz, Fierro ayuda a una cautiva, abandona las tolderías y llega a una estancia. Pero el héroe nunca regresa siendo el mismo que se alejó. Los años han pasado, su aspecto físico es otro y su conocimiento del mundo también. Finalmente, se encuentra con sus hijos, y cada uno cuenta su historia. Se suman las figuras del hijo de Cruz y el hermano del moreno. Fierro intenta transmitirles lo que ha aprendido en el camino. “Un padre que da consejos/ más que padre es un amigo/ ansi, como tal les digo/ que vivan con precaución/nadie sabe en qué rincón / se oculta el que es su enemigo.”

Martín Fierro después de Hernández la reescritura de Borges

Las reescrituras del Martín Fierro de José Hernández han sido múltiples: autores tan disímiles como el poeta argentino Leónidas Lamborghini o el narrador chileno Roberto Bolaño han vuelto sobre el poema gauchesco en sus obras. Entre los escritores que trabajaron con esta intertextualidad, podemos destacar al argentino Jorge Luis Borges.

Borges concibe la literatura como un diálogo enriquecedor entre unas obras y otras. Desde esta concepción, que responde a lo que ya conocemos como intertextualidad, escribe los cuentos “El fin” y “Biografía de Tadeo Isidoro Cruz”(1829-1874), a partir del poema de José Hernández. En estos textos, se retoma la muerte del negro y la payada con el hermano del moreno, y la amistad con Cruz. Estos son episodios significativos del poema de Hernández, que entroncan con la idea de destino y coraje, frecuentes en la estética borgeana.

Sin embargo, ¿de qué modo reescribió Borges la obra de Hernández en los dos cuentos mencionados?

Destinos cruzados: “El fin”

En “El fin”, Borges imagina un reencuentro entre el moreno de La vuelta, hermano del moreno asesinado en La ida y Martín Fierro. En esta nueva instancia, es Fierro quien morirà a manos del negro. En el encuentro de La vuelta, el duelo había sido de guitarras y no de cuchillos y el moreno había salido perdiendo.

En el cuento de Borges, nos hallamos ante una equivalencia poética de destinos en la que el moreno, primero víctima, se vuelve victimario. Con este relato, Borges no solo narra el fin del protagonista, Martin Fierro, sino que, de alguna manera, intenta terminar simétrica y justicieramente el sentido de la epopeya: si el final de Hernández señalaba una transformación del duelo violento en duelo poético a través de la payada, en “El fin “, Borges restablece el duelo de sangre como única salida válida y posible del conflicto, una venganza del destino: el moreno mata, Fierro muere.

 

 

Vidas cruzadas: “Biografía de Tadeo Isidoro Cruz”

Por otro lado, en “Biografía de Tadeo Isidoro Cruz”, Borges crea un pasado para Cruz, pasado que se relaciona intertextualmente con momentos de la vida de Fierro. Hijo de una mujer llamada Isidora Cruz, huérfano de padre antes de nacer, Cruz es un niño pacífico que crece como gaucho. Cierto día, cuando ya es adulto, otro gaucho se burla de él y, al cabo de unos días, Cruz lo mata. Escapa de la policía y se convierte en un gaucho matrero. Una noche, mientras descansa, un grito de un chajá le advierte que la policía lo ha encontrado. Sale a enfrentarla, pero lo atrapan y lo destinan en la frontera. Pelea por su patria y luego le encargan apresar a un gaucho matrero acusado de matar a dos personas. Cuando está por apresarlo junto con su partida, grita un chajá y sale el gaucho a pelear. Esto le recuerda a Cruz el momento de su captura. Al ver la valentía del gaucho, que no es otro que Fierro, se identifica con ese gaucho matrero y decide pelear junto a él.

 

 

Organización del contenido

De acuerdo con su contenido se puede dividir internamente tomando en cuenta las acciones más importantes:

Primera parte (consta de 13 cantos)

-          Presentación del gaucho

-          Idealización de la vida del gaucho.

-          Injusticia ejercida contra el gaucho.

-          Vida en el fortín y posterior deserción.

-          Regreso al hogar destruido.

-          Conversión de Fierro en gaucho matrero.

-          Persecución y acoso de la justicia.

-          Intervención de Cruz.

-          Huida a las tolderías.

Segunda parte (consta de 33 cantos)

-          Permanencia en las tolderías y posterior muerte de Cruz.

-          Rescate de la cautiva.

-          Llegada a la civilización y encuentro con los hijos.

-          Peripecias del hijo mayor de Fierro.

-          Peripecias del segundo hijo de Fierro.

-          Picardía.

-          Payada con el moreno.

-          Consejos de Fierro a sus hijos. Separación.

 

Algo para tener en cuenta

El gaucho Martín Fierro es la única voz con nombre y apellido. Se piensa que el nombre Martín evoca al lugar de nacimiento de Hernández, Partido de San Martín, y Fierro simbolizaría al hierro o cuchillo, arma típica del gaucho.

También se considera que Hernández incluye el género picaresco  con la historia del hijo de Cruz, Picardía.

Otra particularidad: Cruz entra en escena cuando la existencia de  Fierro se complica. Posiblemente Hernández incluye a Cruz porque a Fierro  su propia individualidad le impedía contar con la ayuda de otros gauchos. Urgía la aparición de alguien  que estuviera en el mismo plano que Fierro y que compartiera las cargas. Cruz no se fusiona a Fierro sino que Cruz es Fierro, Ambos tiene una misma biografía. Al morir Cruz se produce una especie de redención, simbólicamente muere el gaucho malo y surge un nuevo Fierro: conciliador, obediente. Surge el gaucho que la sociedad necesitaba en esa época.

 

Fuentes

En el Martín Fierro confluyen dos fuentes importantes:

-Una de carácter folklórico, y por lo tanto anónima y colectiva: se incluye aquí toda la poesía tradicional cantada por los rayadores que se ha conservado a través de la transmisión oral y de la cual se poseen pocos testimonios.

- Otra, de carácter literario, que comprende toda la literatura gauchesca anterior, por ejemplo los Diálogos patrióticos y Santos Vega, entre otras. Cabe señalar también la influencia romántica, sobre todo de La Cautiva de Echeverría, en la evocación de la pampa y en la descripción del indio.

 

 

 

 

 

 



[1] Vega habría sido un gaucho oriundo de Bs As que vivió alrededor de 1830 y dio origen a una leyenda: se trataba de un payador invencible que terminó derrotado por el Diablo. Payar es improvisar. El payador canta o cuenta improvisando sobre temas relacionados con su propia vida o con la comunidad, la sociedad “folk=pueblo” a la que él pertenece. Cuando lo hacia uno solo, la payada era individual.  Pero, a veces, se reunían, deliberadamente o por azar, dos payadores mentados y entonces tenía lugar la payada de contrapunto o payada dual. Ambos cantores, rodeados por sus respectivos admiradores, comenzaban a improvisar y, por turno y en verso, formulaban preguntas que debían ser contestadas en la misma forma por el rival. No había límite de tiempo; la payada podía durar indefinidamente, cesaba cuando uno de los contendientes se declaraba vencido. La mejor imitación de payada dual la encontramos en el contrapunto del moreno y Martín Fierro.